viernes, septiembre 02, 2005

Ángeles entre nosotros...


4:30 AM, Santiago de Chile, un grupo de jóvenes ángeles vienen en camino.
La noche era muy fría, más que lo de costumbre. El camino barroso y penoso era capaz de mostrar belleza al reflejo de la escasa luz que incidía sobre él, dibujando colores filtrados, de siluetas recortadas en la noche. Los vapores de los gélidos alientos conformaban, iluminados con las fogatas y las tristes y dolidas sonrisas, un cuadro surrealista, con distorsionadas formas, nuevos matices y trazos maestros. La miseria se expresaba en su máximo esplendor, robándose lo más valioso del ser humano, la dignidad.
Pero a pesar de todo, era tal la fuerza que envolvía todo el entorno, que se sentía un grito de esperanza, un grito de orgullo, un mensaje esencial hacia todos nosotros; es nuestro camino, aquí debemos probarnos y crecer, porque nacimos adultos y tendremos la suerte de morir niños.
Y mientras los sonidos de estas palabras se escribían en el duro adoquín, una hermosa luz se posó frente a ellos, iluminando sus sucios y curtidos rostros, besando sus resecas mejillas, acariciando sus ensortijados cabellos, recogiendo sus miserias con un cariñoso saludo. Los ángeles habían llegado. Y yo tenía la gran fortuna de ser su mensajero.
Sus suaves manos, cálidas miradas y alegres sonrisas, llevaban el mensaje de la esperanza, representados en el cuerpo transformado en pan y la sangre tornada en cálida bebida. Si, la presencia de Cristo era tan clara, que frente a ellas, todo se iluminó, la esperanza volvió a apoderarse de aquellos que creyeron perderla, sintiendo su claro arribo, como un mensaje divino que les señalaba que no estaban olvidados. Sus menudos cuerpos eran grandes en fortaleza para sembrar amor y acunar a quien se les atravesara. La llegada de estos ángeles alimentó el cuerpo y el espíritu de cada uno de ellos, que salieron desde sus escondites, laberintos y callejones, atraídos por el mensaje de amor, que se respiraba con intensidad en la madrugada.
El alba ya llegaba, llenando todos los rincones con su anuncio de luz, mientras se vaciaban los vasos de café, los corazones se llenaban de calor y fe en este hermoso grupo de jóvenes ángeles, que nuevamente renovarán sus votos viernes a viernes, entregando su hermoso mensaje de amor para los hombres y mujeres abandonados por este mundo, pero no olvidados por Dios.


Ya es hora Carito…. debemos volver a casa…. Gracias, por acompañarte y alimentar mi alma…

2 Comments:

Blogger Alejandro Cuevas Arriagada said...

Para Carito y Yogibike,

http://alejandrocuevas.blogspot.com/2005/09/there-are-moments-in-our-days-which.html


Alejandrop .....

9:11 p. m.  
Blogger Alejandro Cuevas Arriagada said...

Carito,

Te felicito y, aunque la mayoría te dirá que cuando adulta de seguro " cambiarás " y te olvidarás de lo que haces ahora, de tí depende seguir siendo la misma ...... Tu papá te sabrá explicar mejor que yo....

Alejandrop ......

9:14 p. m.  

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