sábado, agosto 20, 2005

--==>Los colores de Yhke<==--


La paleta de colores de Yhke estaba sobre la mesa de trabajo, los pomos de óleo desparramados a su alrededor daban la impresión de un descuido intencionado, sus intensos tonos escapaban por el borde de sus tapas que en conjunto con los pinceles formaban por si mismos un cuadro espléndido. La tela, siempre preparada, esperaba los siguientes trazos de su autor, que todos los días agregaba nuevas pinceladas, cambiando la intención y la perspectiva de su obra según su estado de ánimo. Se podría decir que esa pintura era un testigo novelado del “día a día” de Yhke.
Últimamente se podían apreciar nuevos colores, mas intensos, líneas más definidas y un objetivo mas claro. El cuadro así, estaba tomando nuevas características, más alegres y más festivas, reflejando las nuevas e intensas vivencias de Yhke, enriquecidas por los aportes que generaban el constante y positivo intercambio con su entorno. El enriquecimiento humano y espiritual estaban provocándole cambios drásticos en su forma de ver la vida, alejándolo de la angustia que le provocaba vivir siempre en permanente antagonismo con su antigua estrella.
En el suave y compacto prado a las afueras de su refugio encontraba su sintonía con el cosmos y la tierra; en el diario diálogo con sus hermosas rosas incorporaba para si la alegría de la fuerza de la vida y en el constante intercambio con sus amigos Sagl y Virn, la sabiduría.
Junto a la fuente de su jardín buscaba en su interior la inspiración para crear nuevos colores que pintaran su existencia, sabiendo que el generoso universo le mostraría el camino para ello. Recordaba el camino recorrido, que con todos los altibajos siempre había sido hacia arriba. Si, las estrellas habían sido generosas con él, es más, demasiado generosas a veces y Yhke se sentía en deuda. Por lo que era hora de caminar con paso fuerte y más decidido, había mucho aún por hacer, crear, aportar, aprender, errar, y volver a intentar.
Brillar con luz propia, aunque fuese pequeña, siempre es mas seguro que brillar con luces ajenas, pensaba; mientras, buscaba con ahínco en su destartalada despensa una botella de generoso vino, para compartir, vivir, reír y soñar con sus amigos…