El Valor de la Lucha.....

La espesura del frondoso follaje y la cerrada neblina no dejaba ver el diezmado teatro de batalla. De vez en cuando era posible percibir quejidos, susurros y clamores ahogados sin poder precisar su origen o destino. El olor a muerte penetraba por las narices distrayendo la vital atención – había que tener cuidado donde se pone los pies- para no caer en las horrorosas y mortales trampas, distribuidas diabólica y estratégicamente por los Bohms, soldados de frío sudor, forjados con los más extremos e insensibles métodos de instrucción, impensables para cualquier ser humano, que conocían muy bien los delicados flancos humanos. La marcha era lenta, el cansancio acumulado era –sin duda- la peor plaga para los valientes “Hombres de La Luz” y sus seguidores, entre ellos conversaban y se infundaban ánimo, pero sabían que esta enorme empresa emprendida era una tarea titánica de inciertos resultados. Día a día veían caer amigos, amigas, niños y extraños en las garras de las hordas Ormatzs, sin que nunca más se supiera de ellos, casi como si fuesen devorados por mandíbulas gigantes y digeridas por el mas siniestro y horroroso personaje, Snem. Snem, Gran Pretor, era sin duda el brazo activo de un gran plan, que pretendía acabar con la esperanza del ser humano, La Luz. Aburrido de la debilidad humana Snem saboreaba con gran fruición y obsesiva pasión la posibilidad de tener entre sus manos a un “Hombre de la luz” y planeaba la captura de uno de ellos, ya que sabía que no siempre marchaban juntos y eso le daba la oportunidad de destruir la unión y de allí acabar con el último gran y desconocido poder humano, La Luz.
A pesar del plan que se urdía a sus espaldas, y sin detenerse ante el cansancio, Virm trabajaba intensamente su físico y su intelecto, diarias e intensas sesiones de lucha con Yhke, endurecían sus músculos y reforzaban sus fundamentos e intenciones. Yhke, mejoraba su técnica, elongando sus fibras y sus pensamientos -en largas sesiones de trance- rígidos e insensibles despojos de largas y sangrientas batallas previas. Bajo la pertinaz atención de Sagl desde un rincón de la desvencijada barra, el movimiento era permanente, cayendo los tres en un trance que –matizado con la infusión secreta, aromatizado con suaves olores y acompañado de deliciosos y escasos mendrugos- potenciaban a un grado superlativo la fuerza que esos tres corazones tenían, y que eran la esperanza del hombre.
El temple de espíritu y la fuerza del corazón eran –sin duda- la espada y la armadura de estos descendientes de los dioses, que –aunque no habían abandonado al hombre-, lo habían puesto a prueba una vez más para que lograra su perfección.
La emboscada estaba preparada, la gitana era el anzuelo perfecto, su dulce y anhelante rostro, acompañado de un delicado pero firme tronco que remataban en carnosos y tibios labios, eran la tentación perfecta para el maestro, agazapada a la salida de la ruinosa taberna, gritos, risas y carreras eran el ambiente perfecto para el esperado encuentro. Los discípulos embelesados en su estrategia no se percataron –en un primer momento- de la mortal trampa que esperaba a Sagl, rodeados de falsos seguidores, que entretenían inteligentemente sus sentidos, en lo que parecía ser una jugada maestra. Pero las cartas aún no “estaban echadas” para este trío. Una ráfaga de frío sin explicación encendió la atención de Yhke, que sin lógica aparente echó a caminar por los laberínticos patios y lujuriosos solares de la taberna, y aunque sus sentidos estaban embotados sentía la urgente necesidad de ver a Sagl. Tras el, partió Virn, quién –acostumbrado a los arrebatos sin lógica aparente de Yhke- tomó las espadas y las armaduras de ambos, seguro de que la lucha venía sin duda alguna. El bosque de Pvod cerraba los senderos al paso de los valientes guerreros, el aire enrarecido hacia mas lento el avance, las piedras afilaban sus cantos como si fuera un encanto diabólico hiriendo el paso y el agua de los arroyos vecinos escondían su vital presencia, la noche eterna oscurecía los peligros y encendía las trampas para satisfacer al invasor Ormatzs.
La trampa estaba cerrada, las caderas de la gitana se movían al son de las de Sagl, en un baile feroz, pero en instantes estuvieron rodeados de los Bohms, que desenfundando sus brillosas y poderosas armas al mando de Snem, se abalanzaron sobre el desarmado maestro, que en un instante reaccionó fríamente tomando su espada oculta bajo el cobertor y de un salto quedó frente a frente de sus oponentes. La lucha fue sanguinaria, el duro cuerpo del maestro fue recibiendo el castigo de la contienda, mientras la sangre Bohm, corría por el piso formando extravagantes y repugnantes dibujos y cuando ya el cansancio había traspasado las barreras de lo humano, Virm y Yhke llegaron al rescate de su amigo.
Sólida y épica batalla fue la librada, la maestría demostrada por los tres era de temer, su sólida prestancia, acompañada de grácil y elástica técnica guerrera, le daban a la contienda un sentido trascendente, la lucha era entre las fuerzas de La Luz y de la oscuridad y mientras nuestros héroes escribían con su sangre y su sudor la historia de una batalla más en la liberación del hombre, los dioses regocijados fijaban su mirada en este trío y en la fecunda siembra de sus ideales en la raza humana…..