sábado, enero 21, 2006

--==> El Oasis Encantado <==--



Bajo el candente sol del desierto, Yhke intentaba avanzar en su marcha. Muchas semanas llevaba en su camino, claro en su destino, pero complejo en su desarrollo. Mientras su camello hacia camino entre eternas dunas sin horizonte claro, Yhke intentaba entender su compleja situación.
La partida hace algún tiempo atrás había sido casi heroica, el poblado que lo acogió con tanto cariño, que escuchó sus historias, que lo invitó a compartir sus preciados y escasos víveres, había celebrado su valor en la arena de la lucha, al enfrentar a un fiero enemigo que por décadas había asolado al pueblo, desprovisto de defensas y carente de malicia. Yhke, con su espada, había sido certero a la hora de la batalla y en un corto pero sangriento combate había terminado con años de sufrimiento y sumisión. En agradecimiento, el pobre, pero atento pueblo le regaló un hermoso camello y una hermosa historia del Oasis Encantado. Un lugar existente en algún lugar del vasto desierto, que solo sería encontrado por los elegidos. Convencidos de que Yhke era merecedor de esta leyenda, lo aprovisionaron para el hermoso viaje. Durante la noche que antecedió a su partida, la fiesta que se celebró en su honor fue fastuosa, exóticas bailarinas sedujeron los sentidos de un embriagado Yhke, mientras fuertes luchadores mostraban sus habilidades con los sables, la música invadió cada rincón del poblado, mas los deliciosos manjares preparados para la ocasión, creaban un ambiente maravilloso, coronado con una noche estrellada, iluminada con una nostálgica y cómplice luna.
El calor reinante nublaba cada vez mas la visión del horizonte, traspasando la blanca túnica, evaporando sin piedad hasta la última gota de sudor. En un instante determinado se desplomó el agotado camello, dejando a Yhke a su suerte…
El aroma a hembra era intensa, sus hábiles dedos recorrían en cuerpo de Yhke, apropiándose de su voluntad, sumergiéndolo en un voluptuoso sopor de vaivenes, mientras a los pies del lecho dos mujeres daban rienda suelta al candente juego de la carne, encendiendo el adormecido deseo de Yhke. Cada instante era mas intenso, recordando su pasado lleno de amores fugaces y de sexo furtivo, lo único que alimentó en un tiempo pasado el corazón de Yhke.
Sintió que se detenía su corazón, sus labios resecos no atinaban a susurro alguno y pensó que este sería su fin, mientras sus ojos se cerraban y su corazón lentamente se apagaba.
A la mañana siguiente aún humeaban trozos carbonizados de carne en los fogones, el pueblo completo dormía, salvo algunas mujeres que con apuro recogían los restos del banquete y preparaban el camello de Yhke. Amontonados cuerpos desnudos y semidesnudos bordeaban el camino a sus pies, conformando un gran animal, provisto de innumerables brazos, piernas, senos y sexos, visión que inquietó su espíritu.
Su partida fue silenciosa, acompañado solo por algunos niños y mujeres, a las cuales no pudo divisar sus rostros escondidos tras sus túnicas.
Sintió una gran paz, el calor se fue diluyendo, siendo reemplazado por un gran bienestar, no tenía noción de su malogrado cuerpo y sus sentidos, ya, no existían. La dimensión a la cual estaba entrando era algo desconocido para él.
Frente a él, maravillosos seres de luz lo observaban con infinita benevolencia, invadiéndolo un estado vibratorio de tal intensidad que desarmó por completo su cuerpo terrenal, transformándolo en un ser magnífico, carente de toda necesidad, ya que lo era todo, era parte conciente del todo.
En algún momento o instante no mensurable, su éter fue transportado al lugar elegido. El Oasis Encantado.
Solo en ese instante se dio cuenta de su verdadero viaje, el Oasis Encantado requería de un viaje distinto, sin retorno posible, hermoso, pero imposible de compartir con aquellos a quien amaba.
Un gran dolor sacudió su cuerpo, mientras intentaba abrir sus ojos, una mopa húmeda recorría su rostro, humedeciéndolo con ternura, bajo la atenta mirada de Sagl y la inquieta sonrisa de Virn, una suave y delicada doncella, intentaba revivir el corazón de Yhke….

4 Comments:

Blogger Alejandro Cuevas Arriagada said...

Yogibike,

Bajo el candente sol del desierto(“–Las noches son heladísimas en esta época, nos moriremos de frío-“), Yhke intentaba avanzar en su marcha. Muchas semanas llevaba en su camino( “–El tren hace más de setenta años que no pasa por este abandonado ramal señor-, como?... -está usted seguro-…. mi visión se heló, me dí real cuenta que estaba absolutamente solo y abandonado en este lugar, un escalofrío recorrió mi cuerpo, -puede usted mostrarme la estación?-“), claro en su destino, pero complejo en su desarrollo. Mientras su camello hacia camino entre eternas dunas sin horizonte claro, Yhke intentaba entender su compleja situación ( “De un brinco me incorporé, frente a mi un anciano ceniciento, de arrugado rostro, pero hermosa mirada, me observaba con sorpresa.
-Estoy esperando que parta el tren, es que ya se fue?- la cara del anciano cambió. En ese instante me di cuenta en donde estaba, no era el mismo lugar. Era un lugar abandonado, no existían ya las casas, solo montones de adobes derruidos las reemplazan, los boliches eran un montón de escombros y la capilla, solo se distinguía apenas el campanario. Los campos eran estériles, y el viento calaba los huesos, trayendo tierra y más tierra.”).
La partida hace algún tiempo atrás había sido casi heroica, el poblado que lo acogió con tanto cariño, que escuchó sus historias, que lo invitó a compartir sus preciados y escasos víveres, había celebrado su valor en la arena de la lucha(“dicen que su maquinista intentó rescatar a los pasajeros que entre los fierros retorcidos clamaban por sus vidas.”), al enfrentar a un fiero enemigo que por décadas había asolado al pueblo, desprovisto de defensas y carente de malicia. Yhke, con su espada, había sido certero a la hora de la batalla y en un corto pero sangriento combate había terminado con años de sufrimiento y sumisión. En agradecimiento, el pobre, pero atento pueblo le regaló un hermoso camello y una hermosa historia del Oasis Encantado. Un lugar existente en algún lugar del vasto desierto, que solo sería encontrado por los elegidos(“se divisaron las primeras casas del poblado, que por ninguna parte tenía nombre. Un cuidado pueblo, de limpias y sencillas casas, amontonadas en la única calle de tierra, que remataba al final en una modesta capilla y un par de boliches junto a la estación.”). Convencidos de que Yhke era merecedor de esta leyenda, lo aprovisionaron para el hermoso viaje. Durante la noche que antecedió a su partida, la fiesta que se celebró en su honor fue fastuosa(“Improvisado bajo una carpa nos esperaba una gran mesa con jugos y emparedados de oloroso jamón y una que otra cerveza, que desaparecieron por arte de magia”), exóticas bailarinas (“Mas allá por el pasillo divisé a dos lindas mujeres que entusiasmadas conversaban y reían con fuerza, respondiendo con caricias elogios de…. “) sedujeron los sentidos de un embriagado Yhke, mientras fuertes luchadores mostraban sus habilidades con los sables, la música invadió cada rincón del poblado, mas los deliciosos manjares preparados para la ocasión(“ me acercó una humeante taza de café …… acepté con cariño”), creaban un ambiente maravilloso, coronado con una noche estrellada, iluminada con una nostálgica y cómplice luna.
El calor reinante(“, que a pesar del calor reinante y del poco oxígeno disponible para tantos pulmones”) nublaba cada vez mas la visión del horizonte, traspasando la blanca túnica, evaporando sin piedad hasta la última gota de sudor. En un instante determinado se desplomó el agotado camello, dejando a Yhke a su suerte…(“, me recosté en una banca y lentamente se fue adormeciendo mi cansado cuerpo.”)
El aroma a hembra era intensa, sus hábiles dedos recorrían en cuerpo de Yhke, apropiándose de su voluntad, sumergiéndolo en un voluptuoso sopor de vaivenes, mientras a los pies del lecho dos mujeres daban rienda suelta al candente juego de la carne, encendiendo el adormecido deseo de Yhke. Cada instante era mas intenso, recordando su pasado lleno de amores fugaces y de sexo furtivo, lo único que alimentó en un tiempo pasado el corazón de Yhke.(“ que me dediqué a recordar episodios pasados de mi vida. Mi ajetreada adolescencia, Como un relámpago pasó por mi cabeza mi primer pololeo, el primer beso, mi inicio sexual, mi matrimonio.”) …..
Sintió que se detenía su corazón, sus labios resecos no atinaban a susurro alguno y pensó que este sería su fin, mientras sus ojos se cerraban y su corazón lentamente se apagaba.(“ Mientras los innumerables niños corrían y jugaban y las mujeres en voz baja murmuraban la jugada del destino, me recosté en una banca y lentamente se fue adormeciendo mi cansado cuerpo.”)
A la mañana siguiente aún humeaban trozos carbonizados de carne en los fogones, el pueblo completo dormía, salvo algunas mujeres que con apuro recogían los restos del banquete y preparaban el camello de Yhke. Amontonados cuerpos desnudos y semidesnudos bordeaban el camino a sus pies, conformando un gran animal, provisto de innumerables brazos, piernas, senos y sexos, visión que inquietó su espíritu(“mi visión se heló, me dí real cuenta que estaba absolutamente solo y abandonado en este lugar, un escalofrío recorrió mi cuerpo, -puede usted mostrarme la estación?-“).
Su partida fue silenciosa, acompañado solo por algunos niños y mujeres, a las cuales no pudo divisar sus rostros escondidos tras sus túnicas.
Sintió una gran paz, el calor se fue diluyendo, siendo reemplazado por un gran bienestar, no tenía noción de su malogrado cuerpo y sus sentidos, ya, no existían. La dimensión a la cual estaba entrando era algo desconocido para él.
Frente a él, maravillosos seres de luz lo observaban con infinita benevolencia, invadiéndolo un estado vibratorio de tal intensidad que desarmó por completo su cuerpo terrenal, transformándolo en un ser magnífico, carente de toda necesidad, ya que lo era todo, era parte conciente del todo.(“ , ya se hace de noche, váyase pronto de aquí, este lugar no es bueno para usted señor. Hasta pronto.
Y mientras se alejaba logré distinguir que sus ajadas ropas no eran mas que el uniforme del maquinista del tren en que yo venia….”)

En algún momento o instante no mensurable, su éter fue transportado al lugar elegido. El Oasis Encantado.(” El Tren Fantasma “)
Solo en ese instante se dio cuenta de su verdadero viaje, el Oasis Encantado requería de un viaje distinto, sin retorno posible(“El viaje parecía eterno”), hermoso, pero imposible de compartir con aquellos a quien amaba(“que uno a uno fueron muriendo”) ……

Un gran dolor sacudió su cuerpo, mientras intentaba abrir sus ojos, una mopa húmeda recorría su rostro, humedeciéndolo con ternura, bajo la atenta mirada de Sagl y la inquieta sonrisa de Virn, una suave y delicada doncella, intentaba revivir el corazón de Yhke…. (“ lo relatado en este último párrafo de seguro será la temática a desarrollar próximamente en El Patio”) ……….


Wonka Seagal

10:40 p. m.  
Blogger Alejandro Cuevas Arriagada said...

Y .... ??????

Wonka Seagal

4:49 p. m.  
Blogger Alejandro Cuevas Arriagada said...

Gracias por tus palabras .....
Aunque me inquieta eso de " .... ya que no esperaba menos de ti... "espero mucho de ti" mas bién.... " ..... En serio ......


Wonka Seagal.

pd: " ...ya que la esencia solo es una....
la inervante levedad de la busqueda conciente.... " ... Me interesaría tu comentario de mi propuesta a la búsqueda de tu INCONCIENTE .....

7:05 PM

7:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gran capacidad literaria, firme guia a quien seguir en un relato obscuro. Emociones marcadas y simples. Todo. Nada. Personajes monodimensionales.
Iteresante.

Alvaro Gonzalez

4:47 a. m.  

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