viernes, diciembre 23, 2005

Navidad...


Entre los habituales ajetreos de fin de año, nunca debemos olvidar lo más importante en esta fecha de Navidad, que es el renacimiento de lo mejor de nosotros, en una refundación personal y de entrega de amor hacia nuestros seres queridos, el mundo y nosotros mismos, representado en el nacimiento de Dios hecho hombre.
Alegrémonos de nuestros logros, reconsideremos nuestros fracasos y tengamos fe en el futuro, entregando siempre lo mejor de nuestro corazón expresado en el amor al prójimo.


Un gran abrazo y los mejores deseos en esta Navidad.